Las lentes de contacto o lentillas, llamadas más comúnmente, se pueden clasificar de diversas maneras como comentamos en el artículo anterior. En esta ocasión las vamos a clasificar según el tiempo de reemplazo o vida útil de las mismas:
1.- Lentillas desechables: tienen
una duración de uso limitada, que puede ser de un día o incluso de una semana.
El hecho de que las lentillas desechables se renueven de manera frecuente
permite que el material del que están hechas no tenga tiempo de deteriorarse,
por lo que son mejores para mantener la salud ocular, además de que su
mantenimiento es más cómodo que el de otras lentillas que duran más tiempo.
Dentro de este tipo de lentillas se encuentran las de
uso ininterrumpido, con estas se puede dormir pero siempre bajo la prescripción
de un profesional de la visión.
2.- Lentillas
de reemplazo frecuente: estas lentes también son desechables
pero su reemplazo va desde una quincena hasta los 3 meses de uso. Lo normal en
este caso son las lentillas mensuales. En esta ocasión también hay lentillas
aprobadas por la FDA para usarlas ininterrumpidamente pero siempre bajo la prescripción
de un profesional. Tienen un alto contenido en agua, por lo que poseen una
buena tramitación de oxígeno al ojo.
3.- Lentillas
convencionales: al igual que las lentillas desechables estas
otras lentes de contacto tiene una vida útil o tiempo de reemplazo pero el de
estas últimas es mucho mayor que suele ir desde un año hasta 2 años. También es
importante cambiar las lentillas cuando pase el tiempo establecido, ya que el material se puede estropear y perjudicar nuestros ojos. El mantenimiento que
requieren estas lentillas es mucho más exigente que el de los 2 tipos
anteriores.
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