La miopía posee un gran componente genético, es decir, se transmite de forma dominante de padres miopes a hijos, además este defecto refractivo puede presentarse en personas que no tienen antecedentes familiares miopes, en estos casos su origen puede ser por los siguientes motivos:
- Medioambiental: no está totalmente confirmado que esta causa provoque el defecto
refractivo, pero en ocasiones las tareas continuas en cerca (aproximadamente
unos 40 cm) en la época de desarrollo visual del niño puede provocar miopía.
- Embarazo:
durante el periodo de gestación puede variar la cantidad de miopía por la
acumulación de líquidos que ocasiona este estado, de forma pasajera.
- Tóxico:
el consumo de determinadas sustancias químicas o medicamentos puede provocar
alteraciones pasajeras o definitivas en el proceso de visión.
- Patológico: determinadas enfermedades oculares pueden ocasionar una miopía
pasajera o definitiva, como por ejemplo en el caso de los queratótomos o
degeneraciones corneales, algunos tipos de diabetes, cataratas, etc….
Tipos de miopía.
La miopía se puede clasificar de varias formas, en este caso, lo vamos a hacer en función de la cantidad de dioptrías, es decir, según el grado de defecto refractivo de cada persona, existen 2 tipos de miopía:
- Miopía simple: el paciente presenta hasta 7-8 dioptrías. Suele aparecer en la niñez o
adolescencia, esta tiende a estabilizarse o frenarse una vez finalizado el proceso
de crecimiento (entre los 21-22 años).
- Miopía magna: el paciente presenta 8 dioptrías o más, no se frena en la
adolescencia, sino que sigue aumentando durante mayor tiempo. Además se suele
asociar a problemas degenerativos de la retina u otros elementos del globo
ocular. Los pacientes con este tipo de miopía tienen también más riesgo de
padecer o desarrollar algunos problemas con un riesgo mayor de desprendimiento
de retina, cataratas o glaucoma.
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